miércoles, 31 de agosto de 2016

La colección de cuadros del marqués de Leganés en Morata (VI)


En el año 2012 un cuadro del palacio de Morata reapareció después de considerarse desaparecido durante más de cien años

La pintura de Sofonisba Angissola fue adquirida por el Estado para el Museo del Prado


Si algunos de los cuadros que fueron depositados en el palacio de Morata pueden hoy contemplarse en diversos museos, en otros casos no puede decirse lo mismo: la mayoría de los cuadros que en su día colgaron del palacio morateño del marqués de Leganés y de los condes de Altamira actualmente se consideran como no localizados. Así, como no localizado, figura en la tesis de Pérez Preciado un cuadro de la pintura italiana Sofonisba Angissola, que el marqués de Leganés destinó a su palacio de Morata y que hace sólo unos años, en 2012, tras más de 140 años desaparecido, ha pasado a pertenecer a los fondos del Museo del Prado.

La pasada semana hicimos un recorrido por la localización actual en museos públicos y en colecciones privadas de algunos de los cuadros que en su día colgaron de las paredes del palacio morateño de los marqueses de Leganés y de los condes de Altamira. Además de estos cuadros –localizados muchos de ellos en España y también, otros, fuera de nuestras fronteras-, un porcentaje muy importante de la colección creada por el I marqués de Leganés se considera por parte de los especialistas como no localizada. En algún momento histórico a estos cuadros, documentados en distintos inventarios, realizados cuando permanecían integrados en el mayorazgo creado por el I marqués de Leganés, se les pierde el rastro y a partir de ahí se ignora a qué institución o persona, pública o particular, pertenece. Uno de los mayores especialistas en esta colección de pinturas creada por Diego Messía Felípez de Guzmán –Juan José Pérez Preciado, tantas veces citado en este blog como autor de la tesis El marqués de Leganés y las Artes-, analiza la historia de cada uno de los más de 1300 cuadros que formaron parte de este patrimonio. En este repaso a la historia de cada pintura aparece la expresión no localizada para indicar que, en la actualidad, se desconoce a quién pertenece y donde se encuentra cada una de las obras analizada.
A esta categoría de no localizada pertenecen muchos de los cuadros –en realidad la mayoría- que en su momento estuvieron en el palacio de Morata. De hecho, es el inventario de 1753, transcrito en su totalidad por Mercedes Agulló en una publicación editada por el Museo del Prado y al que ya nos hemos referido en alguna ocasión, Documentos para la historia de la pintura española, la última referencia documental de muchos de estos cuadros de los que, desde ese lejano inventario, se desconoce su paradero. 
Reaparición del cuadro y compra para el Museo del Prado
Con esta consideración de pintura no localizada – a partir de 1868- aparece en la tesis de Pérez Preciado, presentada en 2010, una pintura que años después reapareció felizmente cuando fue adquirida para el patrimonio público por el Museo del Prado: se trata de una obra de la pintora Sofonisba Anguissola. Que el cuadro fuera obra de una pintora del siglo XVI ya dota de una condición especial a esta pintura que, durante mucho tiempo, se creyó que representaba a San Pedro aunque, con el paso de los años, se identificó al que era el protagonista real de la pintura.
El cuadro de Sofonisba Anguissola adquirido por el Museo del Prado

En el inventario del conde de Altamira de 1753 se localiza este cuadro colgado en el dormitorio bajo con ventana al patio del palacio de Morata. En este inventario se describe la obra como:
377. Otra pintura de más de medio de cuerpo de San Pedro escribiendo, pintado un cuadrito de una imagen con el Niño, de siete cuartas de alto y una vara de ancho.
El cuadro cambió de propietario ya en el siglo XIX cuando lo adquirió José Madrazo, posiblemente tras comprar varios cuadros del palacio morateño en 1820. Años después, tras la muerte del pintor de cámara, fue vendido al marqués de Salamanca que lo colgó en las paredes del palacio de Vistalalegre. Ya para entonces el motivo que representó Sofonisba Anguissola en su pintura, que siempre se había asociado a la figura san Pedro, fue correctamente identificado.  El cuadro aparece en el catálogo de las pinturas de José Madrazo (año 1856) con el número 4 y la siguiente descripción:
4. San Pedro escribiendo sus epístolas. Sobre una mesa tiene las llaves, y con la mano izquierda señala a un cuadro del fondo que representa la sagrada familia. (Media figura menor del tamaño natural) (Galería de Altamira).
Sin embargo, al final del folleto editado con el catálogo de las obras propiedad de Madrazo –rectificaciones de la página 169-, aparece la correcta identificación del protagonista de la pintura:
 4. Este cuadro, que se creyó representar a San Pedro escribiendo sus epístolas, después de limpio y detenidamente reconocido ha resultado ser el retrato del poeta CASELLI, cuyo nombre se lee claramente escrito en un libro de rimas italianas que figura estar componiendo.
 Rectificación sobre el cuadro propiedad del conde de Altamira que adquirió José Madrazo
Aclarado definitivamente el asunto central del cuadro de Sofonisba Anguissola, adquirido por el I marques de Leganés cuando ejercía como gobernador y representante de la corona española en Milán y destinado a su palacio morateño, quedaba por seguir la trayectoria de la pintura tras pertenecer a José Madrazo y posteriormente pasar a la colección de José de Salamanca. A partir de ahí, se  pierde la pista de la obra que pasó a un propietario desconocido tras su venta por parte del marqués o de sus herederos. Pérez Preciado considera que desde 1868 se consideraba como no localizado.
Habría de pasar más de un siglo, concretamente 144 años para que en 2012 –dos años después de la tesis de Pérez Preciado, el cuadro reapareciera a la luz pública al ser adquirido por el Estado para la colección del Museo del Prado. En la Memoria de Actividades que el Museo del Prado editó en ese año de 2012 se indica:
Otras importantes incorporaciones ha sido el retrato de Giovanni Battista Caselli, poeta de Cremona de la pintora italiana Sofonisba Anguissola, el miembro más destacado de una familia de pintoras cremonesas de mediados del siglo XVI, vinculada a la corte española durante el reinado de Felipe II (…).
En esta misma publicación se hace mención expresa al equívoco que rodeó a esta tela, cuando se identificó al personaje central con San Pedro, y también se traza el recorrido de la pintura desde su propietario primero, el italiano Pietro Antonio Tolentino, pasando por el I marqués de Leganés, el conde de Altamira y José Madrazo. Entre los propietarios de la obra de Sofonisba Anguisola, la autora de la reseña del cuadro, Leticia Ruiz Gómez, no cita al marqués de Salamanca pero sí que identifica a Caylus Anticuario S. A., que obtuvo la propiedad en una subasta y que fue la entidad que negoció con el Estado español la adquisición para el patrimonio público de esta antigua obra procedente del palacio de Morata de los marqueses de Leganés y los condes de Altamira.
Según relata el periódico digital El Confidencial, (30-10-2013) el cuadro llegó a la casa de subastas Segre sin estar catalogado y sin que se tuviera clara la autoría del mismo. El cuadro, identificado con el título de Escritor místico, fue ofrecido a la casa de subastas por un comerciante de arte. Cuando se celebró la subasta, cuya puja se inició en la cantidad de 1.800 euros, acudieron dos coleccionistas extranjeros y la Galería Caylus que, finalmente, se hizo con la obra de Sofonisba por la cantidad de 10.000 euros. El Museo del Prado y la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Obras de Arte habían sido notificados de la subasta pero no se interesaron en ese momento por la pintura de la autora italiana.
Tras proceder a la limpieza de la obra e iniciar el proceso de documentación de la misma, los nuevos propietarios siguieron la pista del número 377 que aparecía en el cuadro en color blanco. A partir de aquí se dedujo su pertenencia a la colección del I marqués de Leganés y, posteriormente, al conde de Altamira. Ante la solicitud de un permiso de exportación, el Museo del Prado sí que se interesó entonces por la obra que pasó a sus fondos tras abonar 60.000 euros por la misma pintura que en la subasta se había valorado inicialmente en 1.800 euros.
El cuadro, una vez propiedad del Museo del Prado, fue expuesto en Caixaforum Barcelona –hasta el 15v de enero de 2015- en una muestra titulada La belleza cautiva. Pequeños tesoros del Museo del Prado.
No ha sucedido lo mismo con otras pinturas del marqués de Leganés que siguen con la condición de desaparecidas. La próxima semana, como epílogo de esta serie de post sobre los cuadros que se depositaron en el palacio de Morata, analizaremos el misterio en torno a un cuadro también desaparecido y con una curiosa historia.

Fuentes y bibliografía:
  • Agulló y Cobo, Mercedes. Documentos para la historia de la pintura española. Museo del Prado, Madrid, 1994.
  • Catálogo de la Galería de cuadros del Excmo. Sr. D. José de Madrazo. Imprenta de D. Cipriano López. Madrid, 1856.
  • Pérez Preciado, José Juan. El marqués de Leganés y las artes. Tesis doctoral. Universidad Complutense. Facultad de Geografía e Historia. Madrid 2010.
  • Giovanni Battista Caselli, poeta de Cremona. Memoria de actividades 2012. Museo Nacional del Prado. Ruiz L. Madrid,  2013.
  • Elconfidencial.com/cultura/2013-10-30/cultura-compro-para-el-prado-un-cuadro-33-veces-mas-caro_47799/






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