miércoles, 4 de enero de 2017

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (XVII)

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Calle Prim (calle que sube de la fuente a la Cruz de Orozco)

La calle Prim es una de las vías de Morata que ha mantenido la misma denominación desde el siglo XIX. Su nombre está relacionado con Juan Prim, jefe de gobierno en 1868 y asesinado en un atentado  que tuvo lugar justo un día antes de la llegada a España de Amadeo I de Saboya, el rey destinado a sustituir a la dinastía Borbón al frente de la monarquía española. Anteriormente, la calle se conoció como calle que sube de la Fuente a la Cruz de Orozco.





Cuando se realiza el primer callejero conocido de Morata –incluido en la documentación del Catastro de Ensenada- la actual calle Prim era denominada calle que sube de la fuente a la Cruz de Orozco. La fuente a la que hace mención esta denominación era la fuente situada en su confluencia con la calle Real. Esta fuente -de la que ya hablamos en el post de la calle Real- se mantuvo en servicio hasta finales del siglo XIX y en la documentación de esos años se la conocía como fuente gorda para distinguirla de otra fuente, situada en el mismo lugar que la actual junto al callejón, conocida como la fuente fina. 
 Vista aérea de la calle Prim (Año 2014)

En algunos de los registros de los ocho vecinos que aparecen con viviendas en esta calle, a mediados del siglo XVIII, se identifica a esta vía como calle de la Fuente o junto a la Fuente. En uno de estos apuntes catastrales, el propietario también afirma residir en la calle de las Procesiones, una denominación que ya aparece relacionada con algunas viviendas de la actual calle Iglesia, lo que confirmaría que el itinerario de algunas procesiones religiosas de Morata –la de la Virgen de la Antigua- en aquellos años ya se realizaba por su trazado actual. Como curiosidad, un vecino de esta calle, Juan de Moratilla, poseía en esos años una de las tahonas existentes en Morata en el siglo XVIII.

El general Prim

El cambio en el nombre de la calle por el actual de Prim debió de producirse a mediados del siglo XIX con posterioridad a los acontecimientos políticos que dieron lugar a la caída de la dinastía borbónica, la proclamación de la I República y la restauración de la monarquía con la elección de Amadeo de Saboya como rey de España.

En todos estos acontecimientos participó el general Prim (Reus 1814-Madrid 1870) un político y militar que estuvo presente desde muy joven en primera línea de la política española en el convulso siglo XIX. Como militar participó en las guerras carlistas –siempre en el bando liberal-, en la guerra de África contra Marruecos -lo que le valió el título de marqués de los Castillejos- y en casi todos los pronunciamientos militares que se produjeron en España como consecuencia del enfrentamiento entre conservadores, liberales, demócratas y progresistas.

La frenética actividad política del general Prim le sirvió para acceder en varias ocasiones al acta de diputado, al tiempo que su participación en distintas conspiraciones le obligaron a salir de España rumbo al destierro. 
 Retrato del general Prim

Uno de estos pronunciamientos tuvo lugar en la cercana localidad de Villarejo de Salvanés, en enero de 1866, pero nuevamente el destierro fue el destino del general. Ya en septiembre de 1868 fue uno de los militares más destacados en el triunfo de la llamada Revolución Gloriosa que, a su vez, marcó el destino de Isabel II, obligada a dejar el trono. Prim, siempre fluctuó entre las ideas más moderadas de la Unión Liberal y las más avanzadas de los partidos demócrata y progresista aunque, finalmente, se decantó por una solución moderada y fue el principal defensor de la llegada al trono español de la dinastía Saboya, encabezada por Amadeo I. El atentado que le costó la vida a Prim se produjo el 27 de diciembre, un día antes de la llegada del nuevo monarca a España. Su muerte, todavía hoy, constituye un misterio y el atentado ha sido atribuido tanto a las facciones más conservadoras de la época como a movimientos progresistas y republicanos. Sin embargo, es el duque de Montpensier -a cuya candidatura al trono se negó Prim como jefe del Consejo de Ministros- quien aparece como más probable responsable intelectual del atentado.

La dedicatoria de una calle de Morata al general Prim debió de aprobarse alrededor de los acontecimientos que desembocaron en La Gloriosa. En septiembre de ese año de 1868, La Correspondencia de España, publicaba el día 30 una noticia en relación con este movimiento popular:

El retrato del general Prim, que colocó ayer  el pueblo en una bandera improvisada en el balcón principal del ministerio de la Gobernación cuando fue asaltado por las ventanas tiene una historia que aunque sencilla es digna de mención especial. Este retrato había sido regalado en Morata de Tajuña el 7 de septiembre de 1865 a un vecino de aquel pueblo. En aquella época el marqués de los Castillejos trabajaba para preparar el movimiento de enero y recorría los puntos que más tarde debían servirle de auxiliares en su empresa.

Este retrato, conservado religiosamente por el alférez de infantería D. Vicente de Soto fue colocado por el mismo en la bandera con el lema de Soberanía Nacional, que ayer era saludada con entusiasmo por el vecindario de Madrid.

Unos meses después, el 12 de junio de 1869 El Imparcial daba cuenta de los actos organizados en Morata a favor de la nueva Constitución:

Por acuerdo del Ayuntamiento de Morata, mañana se celebrará en dicha villa de un modo digno la promulgación de la Constitución. Habrá novillos, fuegos artificiales, bailes, iluminación, música y salvas que harán los voluntarios de la libertad, mandados por sus respectivos jefes.

En octubre de 1869, el día 6, El Imparcial también publicaba los actos previstos en honor de la nueva Constitución:

En Morata de Tajuña se ha celebrado el aniversario de la revolución de septiembre con el más vivo entusiasmo por toda la población, sin que en lo más mínimo se alterara la cordial inteligencia de aquellos habitantes.

Parece evidente las autoridades municipales de esos años en Morata eran partidarias de la nueva situación política que desembocó en la caída de la dinastía borbónica,  y que el alférez al que se refiere la noticia, Vicente de Soto, debía de tener alguna relación con el general Prim y también con Ramón de Soto, quien fuera alcalde Morata desde 1870, justo el año en que el jefe del Consejo de Ministros fue asesinado. Serían estos partidarios del marqués de los Castillejos quienes  homenajearon al general otorgando el nombre de una de las calles de la villa en su memoria. La calle, a pesar de todos los cambios que se sucedieron en los años siguientes –restauración borbónica, II República y dictadura del general Franco- permaneció en el callejero hasta la actualidad.



Fuentes y bibliografía:

·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.

·       Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.

·       Periódicos citados en el texto.

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