miércoles, 11 de enero de 2017

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (XVIII)


Avenida de Juan Carlos I (Calle que sube de la Real de Arganda al Pozo de la Nieve, General Mola, Calle de la Fábrica)

En el callejero de 1935, la que hoy conocemos como avenida de Juan Carlos I era identificada como calle de la Fábrica. Este nombre remite a la localización en esta calle de una antigua fábrica de hilados que funcionó entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Anteriormente la calle se denominó calle que sube de la Real de Arganda al Pozo de la Nieve.

Actualmente, la avenida de Juan Carlos I es una de las de mayor longitud del casco urbano de Morata, aunque no siempre fue así. En el siglo XVIII esta calle comunicaba el camino Real a Arganda con la plazuela del Pozo de la Nieve que a, a su vez, era una de las zonas que ya constituía entonces el límite externo del casco urbano de Morata. Con los ensanches urbanísticos de las décadas siguientes, esta calle amplió su trazado y ocupó el espacio en el que durante el siglo XIX y  buena parte del XX se localizaron varias eras de pan trillar. Con posterioridad a la guerra civil -como sucedió con la mayoría de las calles más céntricas de Morata-, el nombre de la calle fue modificado para sustituirlo por el de calle del general Mola, aunque para la mayoría de los vecinos siguió siendo conocida como calle de la Fábrica, una denominación que remite al periodo histórico en que en esta calle se instaló una fábrica de hilados y tejidos.
La fabrica de hilados de la familia March
La existencia de una fábrica de hilados y tejidos en Morata a finales del siglo XVIII responde a un periodo histórico, la ilustración, en el que el que en torno a la capital española se levanta una serie de complejos fabriles para abastecer a la población madrileña y , al mismo tiempo, mejorar las condiciones de los pueblos del entorno. Morata, que ya contaba con una cierta tradición en la fabricación de tejidos desde, al menos, el siglo XVII -cuando empezó a funcionar el antiguo batán de paños- veía así como llegaba una oportunidad para ampliar el mercado de trabajo de la villa que, por aquellos años, estaba prácticamente monopolizado por el sector agrícola.
El responsable de la instalación de la fábrica de hilados -que dio nombre a la actual avenida de Juan Carlos I durante muchas décadas- fue el industrial catalán José March. Para llevar a cabo su proyecto, aparte del alquiler de  las instalaciones del batán perteneciente al conde de Altamira, adquirió distintas propiedades en Morata, situadas en la que se conoció como calle de la Fábrica. Una de estas propiedades, consistentes en un pajar y una cuadra, eran propiedad del vecino de Morata José Ruiz de Orive, que en el Catastro de Ensenada. En 1751, ya aparece registrado como propietario de la finca adquirida por los March..
  La existencia de esta fábrica, junto con otras similares que se instalaron en el círculo de influencia de Madrid (Nuevo Baztán, Valdemoro, Vicálvaro), hay que relacionarla con la Real Fábrica de Hilados de Guadalajara que junto con las de San Fernando de Henares y Brihuega responden al intento de la corona y del movimiento de la Ilustración de fomentar la industria textil para competir con las telas procedentes del resto de países europeos.
La familia March antes de instalarse en Morata ya contaba con un gran taller en la calle de Leganitos de Madrid cuando a finales del siglo XVIII decidió instalarse en Morata en el año 1792. El proyecto empresarial de esta familia catalana era mucho más ambicioso y, además de la fábrica de Morata, contó con talleres en otros pueblos de la Mancha y de La Alcarria.
Avenida de Juan Carlos I en una imagen aérea del año 1961
 
Avenida de Juan Carlos I en una imagen aérea del año 2014

Los promotores del proyecto, aparte de la instalación de la fábrica en los distintos pueblos, fomentaron la formación de los operarios que, una vez instruidos en el trabajo textil, debían formar las plantillas de los talleres de hilados. La plantilla de la fábrica de hilados estaba integrada en su mayor parte por niñas de corta edad que debían asistir a la escuela promovida por la empresa; sin embargo, el escaso salario –un real diario- que se les asignaba a las aprendices provocó el malestar de los padres y del propio empresario que no entendía el porqué del rechazo a su proyecto empresarial y a su oferta laboral.
Naturalmente, el rechazo se basaba en la escasez de un salario que, en un entorno rural como Morata, con la alternativa del trabajo en el campo, podía alcanzarse en las tareas agrícolas
Pese a estos problemas, la fábrica de Hilados que dio nombre a la calle donde se instaló traspasó el umbral del siglo XVIII al siglo XIX y afrontó las inversiones necesarias para desarrollar el proyecto empresarial de la familia March. En junio de 1799, en El Mercurio, una publicación mensual,  recogía como en aquella fecha la dirección de la fábrica de tejidos de Morata estaba a cargo de Pedro Boada de las Costas y Figueras, aunque este cargo era provisional hasta el momento que el director accediera a la plaza que el rey le concedió como Ministro del Crimen de la real audiencia de Cataluña.
Jesús Antonio de la Torre, en su Historia de la villa de Morata de Tajuña, da cuenta de  estas vicisitudes y de los problemas de los March para conseguir operarios y personal para la fábrica de hilados y su escuela para formar a los trabajadores así como de las obras que se realizaron para canalizar hacia la fábrica las aguas necesarias para la producción textil así como  de las circunstancias que obligaron a los promotores de la empresa a trasladar su producción a San Fernando de Henares aunque, todavía en 1807, en Morata permanecían en activo seis telares que pertenecían a Blasa Labores, viuda de José March.




Fuentes y bibliografía:

·       Las trabajadoras madrileñas del siglo XVIII. Familias, talleres y mercados. López Barahona, Victoria. Tesis doctoral dirigida por los profesores Santos Madrazo Madrazo  y José Miguel López García. Departamento de Historia Moderna, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid. Junio de 2015.
·       Coyuntura económica e ilustración. La fábrica de tejidos e hilados de Morata de Tajuña (Madrid) a fines del siglo XVIII”. Corella Suárez, María Pilar. Jornadas sobre el Real Sitio de San Fernando y la Industria en el siglo XVIII. San Fernando de Henares, 1997
·       Comercio e industria madrileños en la transición del Antiguo Régimen al sistema liberal (1788-1833. Caballero Espericueta, Mariano (Memoria para optar al grado de doctor). Madrid, 2006
·       Periódicos citados en el texto
·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
·       Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.

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