martes, 1 de agosto de 2017

El Bosque de Morata, de finca de los Altamira a patrimonio vecinal (III)



La venta de El Bosque

El Bosque fue uno de los bienes que más tiempo permaneció en el patrimonio de la Casa de Altamira en Morata. Acuciados por las deudas, los titulares del señorío ya habían vendido algunas de sus posesiones más emblemáticas, como el molino de la Huerta de Angulo, a comienzos del siglo XIX, en torno a 1820, y también muchos de los cuadros que colgaban de las paredes del palacio condal.
En el caso de El Bosque, en el año 1876 se anunciaba su subasta, junto a otras propiedades del conde de Altamira que aún permanecían en el patrimonio familiar. El edicto de la subasta nos permite conocer la extensión y los recursos agrarios de esta propiedad de los Altamira:
D. Luis Rubio y Cadena, juez de primera instancia del distrito de la Universidad de esta Corte.
Hago saber que en virtud de providencia dictada por mí a testimonio del Escribano D. Manuel Viejo, en autos ejecutivos que siguen los Excmos. Señores D. Francisco Caballero y Rozas, marqués viudo del Villar, y su hermano el Excmo. Sr. Andrés Caballero y Rozas, con la testamentaria del Excmo. Sr. Conde de Altamira sobre pago de pesetas, se sacan a la venta en pública subasta varios bienes inmuebles, sitos en término de Morata y Perales de Tajuña, partido judicial de Chinchón, provincia de Madrid, por el precio en que han sido retasados, a saber:
Un bosque en término de Morata, como de 242 fanegas de terreno, del marco de 300 estadales fanega, lindante a Norte, olivar de dicho señor Conde; Levante, camino de la villa de Campo, y Mediodía tierra del mismo Señor Conde, está retasado en la forma siguiente:
Las 242 fanegas de terreno, en pesetas 9.680.
El vuelo de sus leñas, en 968 pesetas.
Cincuenta y seis encinas, en 224 pesetas.
Ochenta y cinco almendros en 127 pesetas 50 céntimos.
Mil doscientas cuarenta y dos olivas en 4.347 pesetas.
La alameda negral dentro del referido bosque en 3.500 pesetas.
Una casa en el bosque, a la parte posterior de la población de Morata, nº 14 del Norte, con fachada al Mediodía, lindando por todos los lados con el bosque de que se trata, en 574 pesetas.
Y la quinta parte de todo el caudal de agua que en ella existe en 1.000 pesetas. Total, 20.420,50 pesetas.
En todo el conjunto, que no encontró comprador en esta primera subasta, se incluía, aparte de las olivas, los almendros y otros cultivos, la casa del guarda y el caudal de agua -valorado en 1.000 pesetas- que, recordemos, abastecía a la huerta y a las fuentes del palacio señorial.
Tras no encontrar comprador, en 1889 se anunció la que sería la subasta definitiva de los bienes de la Casa de Altamira en Morata. En esta subasta El Bosque formaba parte de un lote que incluía también unas tierras y unas alamedas en la vega:
(…) Cuarto lote.- Este cuarto lote se compone de las cinco fincas rústicas siguientes, todas ellas en término jurisdiccional de la misma villa de Morata de Tajuña:
Un cerro titulado El Bosque tasado en 20.800 pesetas
Una alameda titulada de Moraleda, tasada en 310 pesetas.
Una tierra titulada Las Cepas, de un área y cuarenta y tres centiáreas, tasada en 30 pesetas.
Otra tierra titulada también Las Cepas de tres áreas, setenta centiáreas, tasada en 60 pesetas (…). (Diario Oficial de Avisos de Madrid del 9 de junio de 1889).
La falta de postores obligó a un nuevo anuncio de subasta para el día 30 de noviembre de 1889 y con la misma tasación de los lotes subastados.
En esta subasta definitiva, convocada para saldar las deudas que la Casa de Altamira mantenía con el marqués de Torneros –que se hizo con el palacio como pago de los préstamos impagados-, fue en la que el Ayuntamiento de Morata adquirió la propiedad de El Bosque.
Al margen de esta subasta, también se vendió en estos años el que fuera molino aceitero del conde de Altamira que se encontraba situado en el límite sur de El Bosque, junto a la alcantarilla que se construyó para dar paso al ferrocarril. Este molino, al que ya nos hemos referido, servía para molturar la cosecha de aceitunas de los olivares que formaban parte de El Bosque. En una fecha que no hemos podido determinar fue adquirido por la familia Corpa, Josefa, Salvadora y Ángel, que a su vez se lo vendieron, el 14 de febrero de 1896 a Domingo Rodelgo. En la descripción de este molino se indicaba sus características:
(…) molino aceitero que tiene unidas una casilla y una tierra formando todo uno, situada en extramuros de esta villa, señalada en el número trece de orden de población, el molino y la casilla ocupan una superficie de novecientos setenta metros cuadrados y la tierra tiene de cabida tres celemines, equivalentes a siete áreas cuatro centiáreas y seis decímetros, linda por poniente del bosque, sur y oriente, camino del bosque y norte tierra de Cipriano Oliva, tiene derecho al agua del manantial de la villa (…).
Imagen aérea de El Bosque realizada en el año 1975 en la que se aprecia el campo de fútbol

El molino, ya propiedad de Domingo Rodelgo, sufrió serios daños a consecuencia de una tormenta que descargó en Morata entre la 6 y las 9 de la tarde del 3 de septiembre de 1906. En las crónicas de los periódicos de la época se detallan las consecuencias de las inundaciones provocadas por la tormenta:
(…) Las escasas noticias del desastre no reflejan ni mucho menos los enormes estragos causados por la tormenta. Lo primero que se ofrece a la vista, a la izquierda de la vía [del tren] es el molino de aceites de D. Domingo Rodelgo, cuyos muros se hallan completamente derruidos por la acción del agua. De la sólida cerca que circundaba el edificio no ha quedado piedra sobre piedra, y los residuos de las 250 arrobas de aceite que en él se almacenaban corren entre los escombros por la vertiente que forma el terreno, amen de vasijas y otros útiles del molino que las aguas arrastraron a algunos kilómetros de distancia (…). (A. Rivera Aguilar, El Imparcial, 6 de septiembre de 1906).
Con estas ventas de El Bosque y del molino aceitero finalizó la relación de la Casa de Altamira con Morata. Afortunadamente, una de sus propiedades más emblemáticas, El Bosque, pasó al patrimonio común de todos los morateños donde aún permanece y, actualmente, además del parque público alberga varias instalaciones lúdicas y deportivas.




Fuentes y bibliografía:
  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada-Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.
  • Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C.222, D-41-42.
  • Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C-354, D-453-464.
  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.

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